La autopublicación es una práctica que ha ido ganando popularidad en el mundo editorial. Las razones son variadas: por un lado, devuelve al autor control sobre la publicación, diseño y gestión de su obra. Esto incluye el monto de ganancias que recibe por derechos de autor. Mientras que en el esquema de publicación tradicional el autor obtiene un 10% a 15% por la venta de cada ejemplar, en la autopublicación tiene la posibilidad de llevarse un margen del 70%.

Por otro lado, no se ve sometido a un mecanismo que, en muchos casos, parece inaccesible. Es decir que el escritor puede acceder a la publicación de su obra empoderándose del proceso, en el caso de la publicación tradicional debe lograr cruzar la puerta de entrada deuna estructura que, en la gran mayoría de los casos, se encuentra cerrada. Muchas editoriales no reciben manuscritos, otras solo los reciben si se tiene un agente literario. Además, en la mayoría de los casos los procesos de evaluación de una obra suelen tardar hasta 12 meses.

La autopublicación, entonces, parece la solución esperada. Pero no todo lo que brilla es oro. Hay cientos de autores autopublicados que han encontrado en el nuevo sistema razones para decepcionarse. Sus libros han pasado desapercibidos, sin causar ni siquiera un pequeño eco entre lectores y la crítica, y sin lograr ventas considerables más allá de lo que compran familiares y amigos. ¿Por qué sucede esto? Veamos cuatro aspectos que pueden ayudar a un autor autopublicado a triunfar con su obra.

1. Es indispensable un estudio de mercado

Una de las cosas que los autores que autopublican no hacen es un estudio de mercado. Una editorial tradicional no publica un libro sin estar segura de que funcionará comercialmente. Esta es una de las razones de por qué muchos libros que son autopublicados no consiguen mayor atención. No tienen un estudio que vea su viabilidad y planifique formas para llevarlo a los lectores potenciales. 

2. Una revisión y edición profesional es esencial

La mayoría de los libros autopublicados no pasan por un proceso de corrección de estilo. Los autores tampoco se toman el tiempo de editar los textos a profundidad. El resultado es una publicación con poca calidad que espanta a los lectores y a la crítica.

3. La portada lo dice todo

La imagen exterior resulta esencial para muchos lectores. Un libro con una cubierta mal diseñada es posible que no llegue a venderse bien. Con frecuencia los autores que autopublican deciden diseñar sus portadas sin tener conocimientos sobre diseño gráfico e ilustración. De hecho, en Internet se encuentran miles de guías de como hacerlo con poco dinero. ¿El resultado? Una tapa que no llama la atención de los lectores y la crítica.

4. Tómate tu tiempo

Una de las características de la autopublicación es la rapidez con la que pueden realizarse todos los procesos relacionados con la puesta de un libro en el mercado. Sin que haya un filtro estricto, el autor se ve desbocado a un diseño y a una revisión pobre, para poner en el libro en una plataforma lo antes posible. Sin embargo, resulta esencial tomar el tiempo necesario para un desarrollo integral del proceso de publicación. Esto garantizará la calidad y, por ende, pondrá al libro a la altura del mercado.